El agua y el hielo tienen muchas características especiales, en esta ocasión vamos a contar algunas de ellas y su influencia en el clima y, por tanto, en la vida en la Tierra.
Todos sabemos que el hielo flota en el agua líquida. Pero ¿sabías que esta peculiaridad es fundamental para la vida en la Tierra?
Si encontramos un océano de metano (Titán, la luna de Saturno, es una candidata para tener un océano de este tipo) en un planeta que gire alrededor de una estrella similar al Sol, Johannes Kepler nos diría que el planeta recorrerá una órbita elíptica; en definitiva,que unas veces estará más cerca y otras más lejos de la fuente de calor. Por otra parte, sabemos que rotará sobre sí mismo, con una cierta inclinación de su eje de giro, como una peonza. Ambos rasgos combinados ocasionarán que su clima tenga estaciones y su geografía polos fríos (porque la mitad del año no recibirán luz).
Si el invierno de cada hemisferio es suficientemente frío, la superficie del océano se congelará y, como el metano al congelarse disminuye de volumen haciéndose más denso que el metano líquido, el hielo se hundirá en el océano, dejando expuestas al frío nuevas cantidades de fluido que se congelarán y hundirán a continuación… en un carrusel incesante de hielo hundiéndose y líquido congelándose. En consecuencia, podría congelarse todo el océano si hiciera bastante frío durante el tiempo necesario. Tendríamos uno de esos mundos helados que hemos visto ya en el Sistema Solar (Plutón, por ejemplo).
En el verano, al recibir la luz de su sol más directamente, el océano empezará a descongelarse por su superficie superior, el líquido caliente se mantendrá en la parte alta del océano haciendo de aislante; y sería necesario mucho calor durante considerable tiempo para descongelar el fondo oceánico. Como resultado, el inmenso mar guardaría el frío en verano, como las barras de hielo de las antiguas neveras.
Por suerte para nosotros, los océanos de la Tierra están formados por agua. Cuando el agua se congela se queda flotando en la superficie sin desplazar estas masas congeladas de agua fría al fondo. El hielo es un gran aislante térmico (recordemos los iglús), de modo que nuestros lagos y nuestros mares, cuando se congelan, preservan la temperatura interior, haciendo que no se enfríen más de la cuenta y, por tanto, resguardando la vida bajo ellos.
El agua pura (sin sales ni residuos), tiene muchas otras propiedades originales, una es que su mayor densidad se presenta a los 4ºC, de modo que, cuando empieza a congelarse, el hielo flota sobre la parte líquida que se encuentra más caliente. Como ya dijimos,el hielo es un buen aislante térmico; luego, salvo en casos de frío extremo, el agua a 4ºC bajo él no se congelará, creándose una capa inferior de agua líquida “caliente” en la que prolifera la vida en zonas y estaciones frías. Esta propiedad ha constituido una salvaguardia para la vida durante las múltiples glaciaciones que ha sufrido nuestro planeta.
Por una cuestión de probabilidad basada en el número de estrellas existentes, debemos pensar que existe vida fuera de nuestro planeta; también creemos que el agua es fundamental para su nacimiento y evolución, y siendo el agua la segunda molécula más abundante del Universo, podría encontrarse mucha vida ahí fuera.
Sin embargo, de igual forma debemos considerar que las condiciones de la Tierra parecen excepcionales: pertenece al sistema planetario de una estrella sencilla (hay muchas estrellas dobles y triples), y la Tierra no se encuentra ni muy cerca ni muy lejos de ella. Por lo demás, el planeta Tierra presenta ciertas particularidades: una luna muy grande que la defiende de muchos impactos de meteoritos; un núcleo que genera calor, actividad sísmica y tectónica de placas que renueva los suelos; un campo magnético que la defiende de muchas partículas cósmicas; atmósfera que la aísla de los rayos cósmicos y la radiación ultravioleta…
Por un lado, mucha, mucha agua y por otro, numerosas características que parecen extraordinarias. Debemos esperar y ver si realmente se trata de un planeta especial o de uno del montón. Sea una cosa u otra, seguro que el Universo nos sorprenderá.
Foto: Iceberg.