Una vez más, los Reyes Magos les traerán sus correspondientes regalos a algunos de los protagonistas de la política, la economía, la cultura, la sociedad y el deporte. Es probable que no todos queden satisfechos, pero hay que tener en cuenta las circunstancias en las que nos movemos. Aquí todos se retratan y cada cual se hace merecedor a su “regalito”. Y, además, no se admiten reclamaciones, ni devoluciones.
Felipe VI: No está el horno para bollos. Antes de que Pablo Iglesias declare de forma unilateral y por decreto la III República – lo de “real decreto” es otra anomalía del pasado – estaría bien que Sus Majestades de Oriente le llevaran a la Zarzuela un manual de supervivencia para tiempos revueltos.
Doña Letizia: Algunos trajes de gala, una cámara de fotos y mayor protagonismo en actos sociales e institucionales, antes de que los monopolice Begoña Gómez, la mujer del presidente Obama. Perdón, del presidente Sánchez.
Don Juan Carlos: La nueva Guía Michelin, con los mejores restaurantes españoles, y mesa reservada para disfrutar de la alta cocina en “El Doncel” de Sigüenza y “El Molino de Alcuneza”, premiados con una estrella.
Pedro Sánchez: La colección de la Revista “Viajar”, que ahora celebra su 40 aniversario, con el fin de que elija sus próximos destinos y los escenarios donde hacerse los posados.
Carmen Calvo: Un vídeo con las declaraciones de Pedro Sánchez en la oposición y en el Gobierno. A ver cuántas diferencias y contradicciones encuentra.
Pablo Casado: El diccionario VOX de la Lengua Española, para precisar mejor sus referencias al pasado y llamar por su nombre a quienes intentan robarle la cartera antes de que consolide su liderazgo. También un spray para eliminar a los inútiles e incompetentes que le rodean.
Albert Rivera: Más banderas españolas para colocar en plazas y balcones y unos dados para echar a suerte con quién pactará Ciudadanos después de las elecciones andaluzas y generales.
Pablo Iglesias: Unas tijeras de podar de dos manos, para recortar los setos del chalet de Galapagar y las cabezas discordantes de su partido. Para esto último, siempre contará con la inestimable ayuda de Pablo Echenique.
Manuela Carmena: Un patinete eléctrico para recorrer el Madrid Central junto a los candidatos al Ayuntamiento, con paradas obligatorias en Cibeles, Gran Vía, Callao y Plaza de España.
Íñigo Errejón: Nos pide que sus regalos se reenvíen a Venezuela para que los niños jueguen después del desayuno, la comida y la cena (tres comidas). También pide ayuda a los Reyes para combatir el consumismo y la obesidad en esta república bolivariana.
Quim Torra: Cualquier cosa que haga ruido – un tambor o una zambomba, por ejemplo – y algún libro que hable bien de España, a ser posible con lacito rojo y amarillo en la portada.
Carles Puigdemont: La versión original del bolero de Los Panchos,“Dicen que la distancia es el olvido”. Y Torra repitiendo el estribillo “pero yo seguiré siendo cautivo de los caprichos de tu corazón”.
Oriol Junqueras: Un juego de té y un amplio surtido de pastitas para hacer más amenas y agradables las reuniones con políticos, amigos y familiares que le visitan en su despacho de la prisión de Lledoners.
Josep Borrell: Resistencia para aguantar los insultos de los independentistas catalanes y una buena dosis de paciencia ante la falta de solidaridad y apoyo de Pedro Sánchez.
Ada Colau: Un belén como Dios manda, con el niño en el pesebre y al lado San José, la Virgen, la mula y el buey. De propina, un vídeo en HD del último desfile de las Fuerzas Armadas.
Susana Díaz: La historia de los últimos “cuarenta años” en Andalucía, donde se recuerden los éxitos logrados por sus gobiernos en estas cuatro décadas. Y las que vengan…
Artur Mas: Otra remesa de huchas – que no de urnas –, para recaudar los cinco millones de euros que le reclama el Tribunal de Cuentas en concepto de gastos ocasionados por la consulta ilegal del 9-N.
Gabriel Rufián: Una foto dedicada de Josep Borrell, sin escupitajos, un poco de serrín y algo de estiércol. Tampoco le vendría mal un manual de educación y buenas maneras.
Emiliano García-Page: Una estancia gratis de quince días en el futuro Parador de Molina de Aragón, si es que algún día se inaugura.
María Dolores de Cospedal: Una visita guiada por Castilla-La Mancha, para celebrar su despedida de la política en diferido.
José Luis R. Zapatero: Un apartamento en el centro de Caracas, en el que pueda recibir a sus amigos bolivarianos. Prohibida la visita de disidentes.
Mariano Rajoy: Dos pares de zapatillas de running y una bici. Si no es mucho pedir, también una placa con esta perla cultivada: “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo, beneficio político”.
Sergio Ramos: Un carro ligerito y manejable para que tiren de él algunas de las nuevas “estrellas” madridistas.
Leo Messi: Los últimos mundiales de la selección argentina, comentados por Maradona cuando no esté bebido.
Fernando Alonso: El taller mecánico de Playmóbil y una buena caja de herramientas.
Rafa Nadal: ¡Vamos, Rafa, vamos! Como ya tiene de todo, el mejor regalo sería que le respetaran las lesiones y los envidiosos.
Luis Enrique: Una foto dedicada de Vicente del Bosque..., y otra de José Mourinho.
Amancio Ortega: Una pequeña ayuda para hacer frente a los gastos de la boda de su hija.
Donald Trump: Un libro de iniciación a la lectura.
Nicolás Maduro: Pide la mediación de sus majestades para que Pedro Sánchez visite cuanto antes Venezuela y pasee por el centro de Caracas en mangas de camisa.
Miguel Ángel Revilla: Un programa de televisión en el que reparta latas de anchoas y explique con detalle cómo ser presidente de Cantabria en varias legislaturas – modelo también incorporado por Sánchez al Gobierno de España – sin haber ganado nunca unas elecciones.