Los mamíferos son aquellos animales vertebrados que se caracterizan por tener glándulas mamarias y que en las hembras tras el parto producen leche para alimentar a los recién nacidos. La leche será para los cachorros el único e indispensable alimento hasta la introducción de la alimentación complementaria, diferente según el tipo de animal.
Es importante conocer y tener en cuenta que las propiedades nutritivas y calóricas de la leche materna difiere entre los animales herbívoros y carnívoros. Por tanto las leches no son intercambiables y los cachorros para lograr sobrevivir necesitan leche de su especie, ya que de lo contrarío pueden padecer desnutrición, intolerancia metabólica, sobrecarga renal y finalmente en poco tiempo morirán.
Y llegamos al rey de la casa, nuestro hijo que acaba de nacer. La lactancia materna es el mejor alimento que le podemos ofrecer de forma exclusiva hasta los seis meses. Eso quiere decir que no le daremos ni papillas de cereales, frutas o bebidas porque no le hacen ninguna falta y podríamos causarle perjuicios irreparables. De sobra es por todos reconocido que en la práctica la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses es una utopía, ya que la madre trabajadora deberá regresar a los tres meses y medio a la vida laboral. Quizás deberían meditar los señores políticos que las dieciséis semanas de permiso por maternidad son totalmente inadecuadas para la crianza de un hijo.
Es recomendable iniciar la lactancia materna, siempre que lo permita el estado de salud de madre e hijo, la primera media hora tras el parto ya que es el momento en el que el bebé está más alerta y el reflejo de succión es más fuerte. También es importante porque establecer el contacto “piel con piel” y una lactancia precoz le ayuda a una reanimación natural tras el parto. La leche materna le procura a tu bebé todos los nutrientes que necesita desde el primer momento y se va adaptando a sus necesidades según va creciendo tanto en cantidad como calidad. También la leche materna tiene un aspecto y composición completamente distinto al principio y al final de la “tetada”.
Aunque la lactancia no pueda ser exclusiva por cantidad o tiempo, considere que siempre será un regalo para su hijo, sean diez días o diez semanas,... valdrá la pena.
El calostro es la primera leche que se produce en el pecho materno tras el parto. Es una leche especial y de una gran importancia pues se adapta a las necesidades alimenticias del recién nacido, siendo muy rica en proteínas y anticuerpos para proteger al bebé de las infecciones, tiene poca grasa y es baja en calorías, puesto que el niño los primeros días vivé a expensas de su propia grasa corporal. Durante muchos siglos a los niños se les privaba de la ingestión de los calostros al pensar que era una leche inadecuada y que había estado retenida en la mama por su aspecto amarillo y espeso. No se les ponía al pecho hasta pasadas las primeras veinticuatro horas de vida, calmando su hambre con la famosa infusión de “agua de anís”. Actualmente conocemos la importancia que tiene la ingestión de los calostros en todos los mamíferos para su desarrollo posterior, por lo que en todas las maternidades se establece la alimentación materna lo más precoz posible.
Para tener suficiente leche para tu hijo, se necesita que mame con frecuencia, pues la estimulación del pezón es la que hace que se segregue prolactina y se produzca más leche. Cada niño es diferente, unos maman cada dos o tres horas, es normal y casi ninguno las aguanta. Ello lleva a la madre a estar cansada y plantearse que quizás no tenga suficiente leche. Darle de mamar día y noche cada vez que lo pida, sin horarios es lo que se denomina “lactancia a demanda”, ya que el niño es el único que sabe cuando tiene hambre. Las tomas nocturnas son muy importantes porque aumentan el nivel de prolactina y por tanto aumentaran también la producción a lo largo del día.
Todos conocemos que existen madres que no pueden o no desean por alguna razón dar el pecho y es una decisión que hay que respetar. También es posible que no tenga suficiente leche para satisfacer las necesidades de su hijo y habrá que utilizar una leche de fórmula, siempre adaptada a la edad del niño, consultando siempre las dudas a su pediatra o enfermera.
Sus hijos se merecen el mejor alimento del mundo, usted.