La Plazuela en las redesVideos de La Plazuela

El agua es un elemento indispensable para todos los seres vivos. Históricamente el hombre se ha asentado en aquellos lugares donde podía proveerse de cantidad suficiente para todas sus actividades. Los ríos, lagos, manantiales y pozos han merecido siempre una atención especial por el ser humano por representar una fuente de riqueza agro-alimentaria y de desarrollo industrial.

Las necesidades de agua del organismo varían según el peso corporal y edad  del individuo, las condiciones ambientales, la dieta, la actividad física y el trabajo realizado. El cuerpo pierde agua a través de los riñones en forma de orina, a través de la piel en forma de sudor y también perdemos agua con la respiración. Para restablecer el equilibrio hídrico, hay que compensar las pérdidas con la ingesta de alimentos y bebidas que nos aporten de litro y medio a dos litros diarios.

Beber una cantidad exagerada de agua puede ser nocivo para la salud ya que entonces nuestro riñón se ve obligado a filtrar demasiada cantidad de líquidos y eliminarlos en forma de orina, perdiendo junto a ella otras sustancias vitales para el organismo. Las necesidades de agua dependen de cada individuo y de su situación específica.

Ahora surge una pregunta: ¿de dónde proviene el agua que bebemos, qué agua debemos beber, cuando es potable el agua,  son iguales todas las aguas envasadas, qué propiedades tienen?

Las grandes ciudades suelen tener un abastecimiento de aguas de superficie que es embalsada en lagos y pantanos, mientras que en los pueblos y ciudades pequeñas su origen suele provenir de manantiales subterráneos. En ambos casos el agua debe ser tratada por diferentes métodos para garantizar su potabilidad. La calidad del agua está caracterizada por la composición físico-química y biológica de la misma, no puede contener sustancias y microorganismos peligrosos para los consumidores y no debe presentar sustancias que proporcionen sensaciones desagradables para el consumo como color, transparencia, olor y sabor. Las aguas de abastecimientos públicos han de cumplir los estándares mínimos de reglamentación técnico sanitaria para ser considerada potable, mientras que las aguas de fuentes de manantial que podemos encontrar en nuestros campos no son sometidas a ningún control por lo que no pueden ser consideradas oficialmente aptas para el consumo humano, por muy buenas que puedan ser.

El agua envasada preparada, que encontramos comercializada en algunos lugares turísticos, es agua que ha sido sometida a un tratamiento fisico-químico para que cumpla los requisitos del agua potable y puede provenir de un manantial o de una red de abastecimiento. En ocasiones se hace necesario abastecer de esta forma algún núcleo de población en tiempos de sequía por medio de camiones-cisternas o garrafas.

El agua mineral tiene origen en manantiales naturales y se caracteriza por no tener gérmenes ni sustancias nocivas, pues el agua es sometida de forma natural a un largo proceso de filtrado a través  de las distintas capas del suelo que atraviesa. El agua se va cargando de minerales o gases característicos de los terrenos que atraviesa .

El agua mineral natural es un agua que proviene de acuíferos profundos, pura desde su origen y mantiene una composición mineral constante, independiente del régimen de lluvias. Cuando emerge a la superficie es posible que el agua lleve decenas de años en el interior de la tierra como ocurre con el manantial de Fontemilla. El agua no requiere ningún tipo de tratamiento y es envasada según se obtiene del manantial. Las características de cada tipo de agua mineral dependerá de los minerales y gases que vayan disueltos en ella.

El agua para considerarse apta para el consumo debe llevar una serie de minerales disueltos, entre los que están el sodio, calcio, magnesio, flúor y carbonatos entre otros. La concentración de estos elementos son los que le confieren unas características especiales y la dureza específica .

Consumir aguas muy ligeras o demasiado blandas puede que no proporcione a nuestro cuerpo la hidratación necesaria y además nos priva de minerales como el calcio y magnesio. Es importante conocer que consumir aguas duras no es nocivo para la salud, todo lo contrario, puede contribuir a disminuir las enfermedades cardiovasculares pues los minerales citados tienen una importante función en el metabolismo. Tan sólo deben tener cautela aquellas personas con tendencia a tener piedras de calcio en el riñón.  

Todas las aguas envasadas proporcionan información suficiente sobre dureza y concentración de minerales para que el consumidor elija entre las mismas. La mayoría de las aguas de la zona de Sigüenza tienen una dureza intermedia y por tanto debemos considerar la red pública como la primera opción de consumo, luego están los gustos individuales de cada uno. No se deje llevar por la publicidad engañosa, elija la que más se adapte a sus gustos y circunstancias económicas.  

El agua ni engorda ni adelgaza, sirve para hidratar el organismo.

Viñeta

Archivo de humor gráfico:

• Galia

• JMC

 

 

 

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

¡Nuevo!
Agotado