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Earth Science and Remote Sensing Unit, NASA Johnson Space Center

Decíamos en nuestro artículo anterior (“¿De qué color es el agua?”) que el agua es azul, y que ese color no se debe al reflejo del aire del cielo. Entonces, ¿la cosa es al revés?,esto es, ¿el cielo es azul por reflejo del océano terrestre?

Falsa creencia. El cielo es azul porque en él se refleja la gran masa de agua del planeta, el 71% de su superficie.

La atmósfera es una delgada capa de gases que rodea a nuestro paneta y que filtra varias zonas del espectro (casi todo el ultravioleta y buena parte del infrarrojo) dejando varias “ventanas de luz”. Una de estas ventanas coincide más o menos con el espectro visible para nuestros ojos.

La atmósfera está plagada de partículas de polvo, producidas principalmente por la erosión del viento sobre los suelos solidos de la Tierra (rocas, arenas…). El batir continuo de estas partículas hace que muchas de ellas sean muy pequeñas, incluso menores a la longitud de onda de la luz visible.

Cuando la luz se mueve a través de un medio con partículas menores a su longitud de onda, cambia ligeramente su dirección haciendo que los rayos de luz se desvíen en todas direcciones. Este fenómeno se llama Dispersión de Rayleigh.

Como la longitud de onda del color rojo es mayor que la del azul, hay más partículas menores que la longitud de onda del rojo que del azul, por lo que un rayo de luz blanca mantiene más rayos azules enfocados que rojos, que acaban dispersos por cualquier lado.

Esto hace que el aire se vea azul, ya que la dispersión actúa como un filtro ligero de los rayos rojos.  

Algunas de las cosas que hemos mencionado en este y el artículo anterior merecen un comentario: El máximo de emisión del Sol se produce en el espectro visible y casualmente la atmósfera tiene una importante “ventana de luz” en el visible; pero es que, además, el visible es el máximo de sensibilidad de nuestros ojos (y el de muchos otros animales). Tanta casualidad, no pude ser casual.

Pues no, no es casual. La atmósfera tiene varias ventanas de luz; pero, por la que entra más intensidad de esta es por la que coincide con (o la que esté más cerca de) el máximo de emisión del Sol (otras ventanas, aunque sean más grandes, no recibirán la máxima iluminación).Y en esa ventana es en la que nos fijamos.

Por otra parte, nuestros ojos han evolucionado para ver en la zona del espectro en la que hay más intensidad de luz en la Tierra (otros seres de otros planetas respirarán otras mezclas de gases… y verán en otras frecuencias del espectro electromagnético).

Por tanto, no es que alguien haya puesto un Sol y una atmósfera especiales para nuestros ojos, es que la Evolución ha construido nuestros ojos para ver en la zona del espectro en la que  hay más intensidad de luz en nuestro planeta.

Viñeta

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