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Durante estas frías noches de invierno, especialmente desde finales de enero hasta bien entrado el mes de febrero, podemos escuchar en nuestros campos el tauteo del zorro, ya que los zorros andan de devaneos amorosos estos días. El tauteo es como se llama a los ladridos cortos, agudos y apagados de los zorros, que en el silencio de las frías noches de invierno pueden parecer, en la lejanía, el llanto de bebe. Aunque para un oído más acostumbrado a la naturaleza se asemejan más a los ladridos de los corzos. Además de por su característico ladrido, también podemos reconocer a los zorros en las noches porque sus ojos, cuando son iluminados por los faros del coche o por una linterna, brillan mucho más que los de cualquier otro animal debido al tapetum lucidum de sus ojos.

Aunque creo que es conocido veamos una breve descripción del zorro (Vulpes vulpes). Es del tamaño de un perro pequeño y su característica principal es su larga cola densamente peluda y que termina en una mancha blanca en la punta. Posee orejas grandes y triangulares y un cráneo alargado con un hocico muy puntiagudo. Su pelaje es de color marrón rojizo, aunque dependiendo del hábitat de la época del año puede variar en tonalidades hasta llegar a ser gris o gris negruzco. Cuando tienen ese color negruzco son denominados “carboneros”.

Es omnívoro, especializado en pequeños roedores por lo que es de una gran ayuda para la agricultura, también puede capturar conejos y crías de liebres o corzos. Aunque no deja pasar la oportunidad de alimentarse de cualquier cosa que esté a su alcance ya sean lombrices, insectos, aves, reptiles, frutos silvestres o cultivados, carroña, basura, etc. Por lo tanto, se puede decir que los zorros se han adaptado a todos los ecosistemas porque son capaces de encontrar alimento en todos ellos. Observaciones realizadas a lo largo de todo el planeta han demostrado que los zorros más grandes de cada lugar son los que se alimentan en basureros cerca de las poblaciones humanas.

Los zorros son animales que están activos tanto de día como de noche, aunque su preferencia sea crepuscular, debido sobre todo a la presión humana sobre sus poblaciones. Por este motivo son muy difíciles de ver, pero podemos averiguar por donde anda nuestro raposo gracias a su costumbre de marcar su territorio dejando excrementos sobre cualquier lugar o elemento que sobresalga del terreno como pueden ser piedras, montículos, matas, arbustos, muros e incluso sobre latas o botellas abandonadas.

Excrementos de zorro con escaramujos sobre roca.

Para desgracia de nuestro protagonista estas fechas son las elegidas para masacrarlo, para disfrute de unos pocos, a través de campeonatos de caza. Campeonatos que están basados en la falsa excusa de las sobrepoblaciones de estos bellos mamíferos. Digo falsas porque estudios realizados en Suecia, Inglaterra y España (Doñana y Zaragoza) han demostrado que las poblaciones de zorros se autorregulan ellas solas dependiendo de la disponibilidad de alimento, la mortalidad causada por el hombre y las epidemias que les afectan. Lo cierto es que a los cazadores el zorro les molesta por ser un competidor que se alimenta de especies cinegéticas como son conejo, perdiz, codorniz.

Entre las enfermedades que más afectan a nuestro protagonista están la rabia y la sarna. La rabia se extendió por gran parte de Europa desde 1939 y no ha llegado a la Península Ibérica gracias entre otras cosas a la barrera natural que nos proporcionan Los Pirineos. En Europa en principio intentaron frenar la epidemia eliminando zorros y no sirvió para nada, pero actualmente se ha producido una espectacular y drástica reducción de los casos de zorros con rabia camuflando vacunas orales en cabezas de pollo y distribuyendo estas por el campo. En cambio, la sarna es la enfermedad que más afecta a los zorros de nuestro país, es causada por unos ácaros que se introducen en la piel y causan la perdida de pelo. El animal se rasca las partes infectadas provocándose heridas e infecciones. La sarna suele producir la muerte del individuo al mes de comenzar la infección. Esta enfermedad puede llegar a exterminar poblaciones enteras de zorros. 

Zorro con sarna.

Como curiosidad decir que el termino alopecia fue acuñado a principios del siglo XX, cuando el dermatólogo francés Raymond Sabouraud se puso a buscar un vocablo adecuado para describir la pérdida anormal de cabello que padecían algunos de sus pacientes. Se fijó en la palabra en latín alopecia que provenía del griego alopekia, que proviene de alopex (zorro). Porque los griegos definían como alopekia al proceso por el cual los zorros perdían el pelo ya fuera porque lo mudaban o por culpa de la sarna.

Pero sospecho que todos los lectores os estaréis preguntando cuando vamos a explicar el porqué del título de este artículo. Pues vamos a ello, supongo que de todos es conocida la fábula de Esopo “La zorra y las uvas”, que tiene como protagonista a un zorro que quiere comer unos racimos de uvas. En la antigua Roma era bien conocida la afición de los zorros por las uvas y que estos se subían a las vides a comer las uvas y rompían muchas veces las ramas con su peso, por este motivo los viticultores romanos decidieron que las vides deberían ser más bajas para que cuando los zorros fueran a comerse las uvas las alcanzaran con facilidad y, al menos, no rompieran las ramas.

Para terminar, recomendaros salir estos días al crepúsculo para intentar oír a nuestros bellos zorros, es una experiencia es muy recomendable para todos los que amáis la naturaleza y como bien dice el zorro de “El Principito” esa sensación de libertad y de unión con la naturaleza es invisible para los ojos y solo puede apreciarse con el corazón.

“Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.” 

El Principito de Antoine de Saint-Exupéry.


Concluimos con otra cita del libro de Antoine de Saint-Exupéry:

“No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.”

Texto y fotografias: Javier Munilla

Viñeta

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