El cielo encierra volúmenes de saberes prácticos fruto de la experiencia de muchas generaciones, patrimonio intangible transmitido sobre todo por pastores, agricultores o gente de campo en general. En torno a la Estrella Polar, en la parte más conocida del firmamento boreal, donde el mes pasado encontrábamos una brújula, un reloj o un calendario, se halla un instrumento útil para conocer la calidad de nuestras noches –si se pueden ver muchas estrellas o no– y así compararlas con las de otros lugares o con otras noches en el mismo sitio.
Ya en el siglo II a.C. Hiparco de Nicea clasificó las estrellas observables a simple vista en seis grupos según su brillo aparente. Estrellas como Betelgeuse, Aldebarán o Antares (ver “top-15” en el Mirador del Polvorín de Sigüenza) estarían en el primer grupo, la “primera división” estelar –existe incluso una “división de honor” de la que hablaremos el próximo mes. Por contra, las más tenues que se pueden ver a simple vista forman el sexto grupo o grupo de magnitud 6. A mayor número, menos brillante. Con unos prismáticos normales se ven estrellas de magnitud 10 y con un telescopio podremos alcanzar a ver estrellas aún más débiles o más distantes.
Curiosa y afortunadamente, de las seis magnitudes observables a simple vista, la Osa Menor, esa “sartén” más pequeña que la Osa Mayor y con “mango” soldado a la base, posee estrellas de los cuatro grupos intermedios, lo que la convierte en una excelente escala de brillo. Pongamos un ejemplo: si una noche somos capaces de ver su estrella más débil (ver diagrama: Anuar-al-farkadain, magnitud 5) es que la noche es muy buena: le pondremos una nota de al menos 5 sobre 6; si, por el contrario, sólo vemos Polaris y Kochab (magnitud 2), el cielo esa noche es de mala calidad, ya sea por nubosidad, polución o contaminación lumínica. Pruébenlo este mes.
Sabremos que estamos en octubre porque cuando el Sol, que está en Virgo, se pone, sale la constelación opuesta: Piscis. Este año aún tendremos cambio al horario de invierno (GMT-1); el debate está servido.