"Todo el mundo es capaz de actuar, lo importante es que en un grupo haya buen ambiente"
Fernando Álvarez Lozano, profesor de solfeo y piano en la Escuela de Música de Sigüenza, es el promotor de sendos grupos de teatro en Sigüenza y en Bujarrabal. Además, junto a su hermano, es uno de los componentes del grupo de teatro “Los hermanos Parcela”.
Fernando, natural de Guadalajara, estudió teatro dramático en Madrid y hace seis años con su hermano estuvo dando clases de teatro en Sigüenza con apoyo del ayuntamiento. El año pasado se vino a vivir a Palazuelos y decidió retomar las actividades de teatro. “Hablé con el Ayuntamiento que nos cedió un sitio para ensayar y recuperamos el antiguo grupo de teatro con algunos nuevos integrantes.” Ahora se reúnen dos domingos al mes en un aula del antiguo Centro de Profesores. Además del grupo de Sigüenza, que cuenta con nueve integrantes, también está a cargo de otro grupo compuesto de ocho personas en Bujarrabal, una de las pedanías de Sigüenza.
La forma de trabajar de estos grupos de teatro se basa en las improvisaciones. “Nunca cogemos un texto ya hecho”. Al empezar el curso hacen ejercicios para ver cómo funciona la escena, ejercicios con el cuerpo, de voz y de ritmo. “El ritmo es muy importante a la hora de hacer una escena, que puede funcionar a un ritmo lento y no funcionar a uno rápido”. También se ejercitan en actuar delante de gente, “simplemente salir a la escena delante de los otros ocho alumnos ya es un experiencia, no es fácil hablar delante del público y perder un poco la vergüenza”. En la improvisación se marcan unas pautas y luego hay una serie de trucos que hacen que esa improvisación evolucione. “Marcamos un objetivo de cada personaje, donde queremos ir y luego yo desde fuera voy poniendo impedimentos para que la escena vaya evolucionando, para que un personaje choque con el otro, lo importante es que siempre haya conflictos en las escenas y que pasen cosas”. A raíz de esas improvisaciones van saliendo escenas, el texto se va fijando poco a poco y se va escribiendo. “Lo primero que hacemos es fijar el personaje, una vez que tienes el personaje cogido ya todo es más sencillo. Ese personaje hablaría de una manera determinada, así te sale un texto más personal y coherente con el personaje”. También juegan con la posibilidad de aprovechar lo que ocurre en las representaciones. “Si suena un móvil, si alguien bosteza, cualquier cosa que suceda en el momento y le da siempre un empujón a la escena”.
Le preguntamos si la timidez es un impedimento para hacer teatro y si todo el mundo es capaz de actuar. “La timidez suele ser muy buena, yo he conocido a gente que sale a escena y te sorprende. La timidez no es algo que te tenga que impedir actuar, yo por ejemplo soy bastante tímido. Todo el mundo es capaz de actuar, lo que veo fundamental es que haya un buen ambiente en un grupo. Si no estás cómodo, si hay conflictos entre compañeros, sales a disgusto. También influye encontrar un personaje en el que estés cómodo”.
Sobre la diferencia entre trabajar con niños y con adultos cree que existe sobre todo con los niños pequeños: “Con 6 años el teatro se convierte para ellos en un juego”. También opina que los niños tienen menos prejuicios para actuar que los adultos aunque piensa que es positiva la mezcla de edades. “Cuando empezamos hace seis años en Sigüenza había niños de 13 años y adultos de 50 a la vez. Pensamos en separarlos por edad, pero luego empezamos a trabajar y resultaba muy curioso ver a un niño de 13 años con un adulto de 45 o 50 años, ver como el niño lo suelta de una manera y el adulto de otra. El choque fue muy interesante, funcionó bien y decidimos no hacer esa separación”.
Su teatro busca la complicidad con el público: “El teatro que buscamos, no es como el llamado de la cuarta pared en el que el espectador no influye, se basa por el contrario en mirar mucho al público y estar en contacto con él. Cuando te fijas en un espectador que se está riendo, eso te da una gran energía”. En cuanto a la temática se decantan por la comedia. El pasado año hicieron una obra llamada “Telediario supremo” en las antiguas Escuelas que tuvo una gran aceptación y a la que acudieron unas 200 personas. “Las antiguas Escuelas tienen la ventaja de que la gente está cercana y se oye bien sin necesidad de utilizar micrófonos. Este año haremos una función en Sigüenza a finales de junio y en Bujarrabal el 24 de mayo”. Fernando piensa que sería interesante hacer varias representaciones al año, no solo una. “Es un aprendizaje, no es lo mismo el primer día que haces una representación que el segundo día. El primer día suele ser bastante bueno y el segundo bastante malo. El primero no sabes la reacción de la gente, si se va a reir en un sitio en que no te lo esperas, entonces funciona la escena. El segundo día tú ya sabes que allí pasó algo, cuando tú esperas una reacción ya no funciona”. Sobre lo que aporta el teatro frente a otro tipo de espectáculos como el cine, Fernando cree que la diferencia es que “es que el teatro se trata de un espectáculo que se plasma en el momento, en el que cada función es distinta”.
Aparte de los grupos de Siguenza y Bujarrabal, Fernando trabaja con su hermano formando un grupo de teatro llamado Los hermanos Parcela que realizan espectáculos basados en la música y el teatro. “Practicamos el teatro gestual, mimo, música, trabajamos prácticamente sin texto. Ahora lo hacemos más esporádicamente porque yo me he venido a Siguenza y él, que está en Madrid, se dedica más profesionalmente, pero siempre acabamos juntándonos”.
El grupo de teatro de Sigüenza está abierto y puede incorporar a más componentes. “En el grupo hay gente que llevaba años pero este año también ha entrado gente totalmente nueva que no ha tenido contacto con el teatro. Los grupos que funcionan constan de 8 a 13 personas para poder trabajar bien, 20 personas ya son demasiado”. Para contactar conmigo lo más fácil es acudir a la Escuela de Música donde trabajo.
José Mª Cañadas / Ángeles Gordo