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Tras haber saboreado varias especialidades de su establecimiento, en La Plazuela, para conocer más de este negocio, decidimos hablar con el soriano José Carnicero Acebes, responsable de la pastelería Las Delicias de Venus.

Preguntamos sobre el origen del negocio. “La empresa con el nombre de Venus la fundó mi padre en Soria hace 38 años. Allí tenemos el obrador y distribuimos a toda la provincia y ahora también por aquí en Sigüenza. Surgió porque mi madre estaba trabajando en una pastelería de camarera y mi padre era pastelero en otra, se juntaron y así empezó el negocio. Ahora, tras jubilarse mi madre, yo me he hecho cargo de todo”.

José Carnicero Acebes en su establecimiento de Sigüenza.

En Sigüenza comenzaron a servir productos a la persona que llevaba la pastelería “Las Delicias” en la calle Humilladero, luego compraron el local y ya como propiedad suya adoptó el nombre de “Las Delicias de Venus” ya que por el convenio de compra el local debía mantener el nombre de “Las Delicias” durante 10 años.

Lleva ya 16 años yendo y viniendo de Soria a Sigüenza. En cuanto a su formación, José es autodidacta. “Aprendí por tradición familiar y ahora por internet me paso horas buscando cosas y luego mezclando ideas”, nos dice y añade: “por ejemplo ahora hago piononos, un bizcocho borracho con crema y yema que es típico de Granada”. Su especialidad es la costrada de crema y nata y damos fe de su delicioso sabor.

Ha recibido varios reconocimiento y como no podía ser menos tratándose de Soria, uno de ellos relacionado con los torreznos. “Hay un concurso allí del torrezno más innovador y justo lo hicieron antes de Navidad, hicimos un turrón de torrezno y nos dieron un premio”
También ha recibido en Soria un reconocimiento a la mejor costrada.

Aparte de los productos más tradicionales José apuesta por la innovación. Por ejemplo, basándose en la tradicional mantequilla de Soria, ha elaborado diversas variedades. “He sacado una mantequilla de frambuesa, también hago otra de trufa negra y ahora voy a sacar la de lavanda”. Nos habla del proceso de elaboración: “Pongo una mantequilla de base, luego hago un jarabe, el jarabe lo hago como si fuera una infusión con la lavanda, por ejemplo, y luego la voy reduciendo hasta que la veo ya en mi punto”.

También elabora productos para gente que por un motivo u otro deben seguir una dieta: “Sí, hacemos nata sin azúcar, bocaditos, pastas de té que no llevan azúcar y luego cuando alguna vez hay eventos, como el roscón de reyes o los buñuelos, yo procuro acordarme un poco de la gente que no puede tomarla. Procuro entonces en vez de azúcar, meterle miel y otras cosas”.

Sobre si encuentra diferencias entre el público de Soria y el seguntino, nos comenta que en Sigüenza la gente compra de forma más espontánea, “y allí es más por encargo; mientras que allí casi lo tengo ya controlado, aquí nunca puedes calcular lo que se puede vender. Aquí, si falta género, vete a Soria una hora para ir, otra para hacer lo que tengas que hacer, otra para volver, tres horas… y ya tienes que cerrar”. Y añade que hay diferentes gustos derivados de diferentes tradiciones: “El cabello de ángel en Soria ni lo había oído yo, y aquí me lo empezaron a pedir. Milhojas no vendo allí ninguna, no las tengo ni en la tienda y por ejemplo los bizcochos borrachos allí no funcionan, en la costrada es distinta la de Soria, en un sitio de crema nata y en otro solo nata”.

Aparte de la tienda abierta al público, sirve a hoteles, restaurantes, parador, residencias, etc. Aunque esta parte del negocio ha resultado afectada por la actual pandemia, “todo lo que servíamos aquí en establecimientos hosteleros, eventos, comuniones... Por ejemplo bodas hasta ahora no hemos servido ninguna este año, comuniones sí he hecho pero pequeñas porque ahora que no se puede juntar más de 8, 10 o 15 personas”. Por otro lado, aunque no ha habido fiestas está contento de cómo le ha ido en Sigüenza el verano ya que ha habido mucha gente, pero ahora que se acaba la estación estival habrá que ver cómo se desarrollan las cosas: “Llega noviembre y te aburres”. Aunque está atento a las festividades periódicas: “Hago huesos de santo, también con trufa negra, este año los voy a hacer con frambuesa y con lavanda. Y luego buñuelos con nata, trufa, chocolate y cabello de ángel”. También tiene en cuenta la temporada micológica “Lo de las setas y todo eso, cuando llega la época, en vez de ir a cogerlas las compras ya deshidratadas. La trufa ya es un poco más delicado”.

En la tienda, aparte de la pastelería podemos ver un estante dedicado a productos sorianos y otro dedicado a los seguntinos.

Le preguntamos si en general funciona el negocio pastelero: “Sí se puede vivir de él" -nos responde- "pero hay que echarle muchas horas y darle muchas vueltas. Siempre queremos más pero se puede vivir. El local es mío, tengo mi casa, mi nave, todo ya pagado. Pero tengo poco tiempo libre, el domingo es mi día de fiesta y hago 16 horas. Ahora ya  al acabar el verano haces menos pero son 16 años yendo para acá y para allá. Como no tienes tiempo, es muy complicado tener una vida familiar, corriendo de un sitio a otro”.

El horario del establecimiento varía según las fechas: “Muchas veces cerramos cuando nos vamos, en principio su horario es de 10:30 a 15:00 los fines de semana, luego en verano estoy todos los días y vamos a ver como se presenta el otoño y el invierno”.

Viñeta

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