Mariano Hervás nació en la pedanía seguntina de Villacorza en 1934, a los 14 años dejó la escuela para trasladarse a Madrid e ingresar en Renfe, estudió una formación profesional de ebanistería y tras aprender los oficios de soldador y chapista se estableció como autónomo en Sigüenza donde montó la empresa de fabricación de parquet que lleva su nombre. En sus inicios contó con 10 trabajadores. Entre 1993-1995, Mariano Hervás acometió en sus empresas (en 1990 creó otra empresa, Hercusa Industrial, dedicada a hacer piezas de madera para bricolaje) una gran inversión centrándose en un nuevo producto innovador, el pavimento multicapa, en dicha época llegó a contar en sus empresas más de 60 trabajadores. En 2011 se le concedió la Medalla al Mérito en el Trabajo en su categoría de plata, entregada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Mariano Hervás y Javier Hervás, recibiendo la distinción de la CEOE-CEPYME de Guadalajara.
Hablamos de la realidad del negocio con Javier Hervás que, junto a su hermano Pedro, lleva en estos momentos la dirección de la empresa. Tanto Pedro como Javier tienen formación empresarial y financiera, y tras el periodo formativo volvieron a Sigüenza para ayudar en la empresa. “En Sigüenza normalmente los hijos se van a estudiar fuera y luego no vuelven, nosotros si lo hicimos”. Javier y Pedro optaron por quedarse en la empresa familiar. “Aunque trabajar fuera te da otro tipo de ventajas, creo acertamos quedándonos”.
La empresa acometía en aquella época la introducción en el mercado de un producto nuevo, el parquet multicapa, que consta de tres capas de madera diferentes que le dan más estabilidad. “Nuestro padre fue muy valiente, apostó por el producto y arriesgó más de lo que tenía para continuar con la empresa”, señala Javier al respecto. Otra de las características del fundador de la empresa es que siempre ha reinvertido las ganancias obtenidas en la propia empresa.
Antes de la crisis de 2007-2008 la empresa vendía todo su producto no a nivel local ni regional sino en diversas localidades de España. De golpe llegó la crisis y la facturación bajó de media en el sector un 65%, llegando momentos muy complicados para todas las empresas. Javier explica que pudieron salir adelante gracias al asumible endeudamiento que tenía la empresa en esos momentos y al esfuerzo de toda la plantilla en mantener la empresa a flote, “solo tuvimos que hacer un pequeño ajuste de personal que no fue demasiado traumático para la época”.
Entonces hubo que buscar otros mercados y otro perfil de cliente virando hacia la exportación. “Nuestra empresa sigue viva porque incorporamos en aquel momento diseño a nuestro producto tradicional, algo imprescindible hoy en día para estar en los mercados”, dice Javier, añadiendo que “nuestro cliente ahora es el prescriptor, el interiorista”. De acuerdo con esta filosofía la empresa se dedica a asistir a ferias, ya no generalistas sino de carácter especializado, en todo el mundo.
Otra de las apuestas de la empresa, por la que también es valorada en el exterior, es la de la sostenibilidad de sus productos: “Tenemos los sellos que certifican que nuestra materia prima procede de bosques con una gestión forestal sostenible”.
Muestras de su producción.
Estos dos aspectos, el diseño y la sostenibilidad, resultaron esenciales para entrar en los mercados internacionales. Según los hermanos, el diseño y la sostenibilidad en la industria es un binomio inseparable, y es un mito que producir de esta manera sale más caro. “Aportas valor añadido al producto y es una inversión para el futuro”. Javier está implicado en el sector de la madera más allá de su empresa, es vicepresidente de la Federación Europea de Parquet, presidente de la Asociación Nacional de fabricantes de Parquet. Participa en un gran número de asociaciones del sector.
Gracias a la importación de madera la empresa se inició en el comercio internacional, lo que les ayudó a empezar a exportar. “Viajábamos mucho al extranjero para comprar madera, a Francia, América, Rusia, Finlandia, Ucrania... y fuimos aprendiendo poco a poco de estos mercados visitando fábricas, ferias...” Ahora exportan incluso a países en los que los productos de madera son habituales como a Canadá, Suecia, Francia. “Allí estaban acostumbrados al macizo, nosotros aportamos un producto muy contemporáneo que ellos no conocían, un producto multicapa y con acabados atrevidos para el momento. También en nuestras nuevas colecciones intentamos abarcar más aspectos, buscando otra utilidad a los pavimentos: con el mismo producto también se puede recubrir el techo, paredes, hacer mobiliario, etc”.
La empresa nunca se ha planteado trasladarse a otro lugar. “Estamos aquí por arraigo y porque nuestro padre empezó aquí. La calidad de vida que aporta vivir y trabajar en Sigüenza es difícil encontrarla en otro lugar. Además, después de tantos años, formamos en la empresa un equipo humano excelente, somos una gran familia”. Sin embargo, considera que mantener una empresa en el ámbito rural conlleva una serie de problemas: “Habría que establecer una fiscalidad diferente para los autónomos o empresas que se instalaran en estas zonas. Se crea empleo y se fija población, pero el costo es superior si lo comparamos con las empresas situadas en las ciudades”.
Javier afirma además que las empresas en el medio rural —la suya cuenta en la actualidad con una plantilla de unas 25 personas— tienen la dificultad de una oferta laboral limitada. Es crítico con los planes de empleo a nivel regional: “De los programas de empleo, en mi modesta opinión, no se consigue lo que el mercado laboral necesita, habría que canalizarlos a través de las empresas, haciendo, como no podría ser de otra manera, todos los controles necesarios”. Cree que uno de los problemas del país es que no se apostó lo suficiente en la formación profesional, “no existen los aprendices como hay en muchos países de Europa en donde la gente joven estudia y trabaja a la vez”.
“El 80% de la población española a mediados de este siglo vivirá en grandes ciudades. Tenemos que ser inteligentes y ser capaces de formar parte de esa megalópolis que será Madrid”. Para ello considera esencial para Sigüenza la existencia de unos trenes rápidos con unos horarios apropiados. En cuanto a las comunicaciones digitales cree que ya es hora que se lleven a cabo inversiones y llegue a la ciudad un internet de calidad con fibra óptica. “Si pudiéramos tener buenas comunicaciones terrestres y digitales, la población de Sigüenza subiría más rápido de lo que creemos, vendrían empresas y profesionales liberales”.
Una de las naves de la empresa en Sigüenza
Cree que la globalización es imparable e irreversible y que hay que competir y ser líder en tu sector a nivel global, pero los costes salariales y medioambientales de aquí son superiores a los de muchos otros países. Se queja de que los políticos de la Unión Europea, adalides del libre comercio, dejen vía libre a productos de otros países mientras que para vender fuera hay que pagar en muchos sitios grandes aranceles. Para exportar en estas condiciones la pequeña empresa “tiene que esforzarse más que las grandes, tener producto, dar calidad, servicio y luego encontrar fuera personas que crean en ti y confíen en tu empresa y en tu producto, el esfuerzo personal también es superior que en la gran empresa”. Anima a los que están pensando en competir fuera para que se lancen a ello. “Para competir con las multinacionales hay que tirar de creatividad y flexibilidad para fidelizar a tus clientes y hacer un trabajo entre artesano y tecnológico que sea productivo”. Y luego, añade, “eso hay que mantenerlo día a día, ser constante y no perder la ilusión”. En su caso, fabrican casi a la carta: “Nosotros trabajamos sobre pedido, desde hace años no almacenamos producto terminado. En estos momentos de vértigo comercial no sabes nunca lo que te podrán demandar mañana”.
El antiguo almacén de la empresa, situado en la zona de la Salceda, ahora está lleno de máquinas. Hay pedidos preparados para habitaciones del Hilton en Barcelona, para el pavimento de tiendas de Loewe, de Pepe Jeans, pedidos de California, Canadá, como anécdota nos muestran una partida que va destinada a Guadalajara... pero de Jalisco, en México. En la actualidad la empresa exporta el 70% de su producción.
Por último, los hermanos quieren recalcar que el premio a la expansión internacional que han recibido es fruto del trabajo en equipo de toda la plantilla y creen que significa un reconocimiento a todas las empresas que han apostado como Mariano Hervás SA por salir al exterior.