La Plazuela en las redesVideos de La Plazuela

A finales del verano de 2013 Alberto decidió iniciar una aventura empresarial en Marruecos, concretamente en la ciudad de Ouarzazate, situada a las puertas del desierto del Sahara, a unas cinco horas de coche de Marrakech. ¿Las razones? por entonces la economía estaba complicada tanto en España como en Sigüenza, en particular. “Yo veía en mi empresa malas caras, me retrasaban los pedidos, me engañaban en los plazos, en el mantenimiento, tuve que ir recortando y me daba cuenta de que cada vez íbamos a peor, no pagaba nadie, yo tenía muchos créditos...” , nos dice, resumiendo la situación.

Antes de hablar de su viaje quisimos saber lo que ocurrió en Reciclo, la planta de reciclaje en la que estuvo metido. “Tuvimos todos los problemas del mundo, cada 15 días inspección de Medio Ambiente y Seprona. Nos pusieron una multa de 150.000 euros porque teníamos neveras sin motor, pero es que el motor se lo quitaba un chatarrero y el cliente nos traía la carcasa vacía. Les dije que si no admito el frigorífico lo tiran por los vertederos... Vendimos la planta hartos de las trabas administrativas”.

Nos explica el desencadenante de su partida: “En aquel momento la empresa Acciona ganó un concurso en Marruecos para construir plantas fotovoltáicas, un proyecto de tres años que luego se alargó hasta cinco. Las plantas fotovoltaicas en las que consistía el proyecto, el complejo solar de Ouarzazate (Noor 1, Noor 2, Noor 3 y Noor 4), son las de mayor tamaño del mundo. Están financiadas con capital saudí y servirán para proporcionar electricidad a Marruecos. Acciona nos ofreció participar en los trabajos y decidimos incorporarnos al proyecto. Fuimos cinco personas de Sigüenza y estuvimos un año y medio haciendo turnos de 24 horas sin parar”. Se trata de un proyecto muy costoso, con un importe de 8.500 millones de euros cada planta, y aunque proporciona poca energía para su tamaño, Alberto considera que la apuesta por este tipo de energía es el futuro. “Los árabes no son idiotas, van 25 años por delante de nosotros. Están viendo que el petróleo se agota, que el carbón se agota… y está claro que la energía del futuro está en el sol”.

Habla sobre sus condiciones de trabajo allí: “Trabajábamos cuatro semanas y librábamos una. Y se trabajaban los sábados y domingos. Venía a ver a mi familia una vez al mes, me fui cuando el pequeño de mis hijos tenía dos años y medio, ahora tiene siete y va a hacer ocho, prácticamente no le he visto crecer”.

Todo Alquiler trabajaba dentro de la planta Noor 1 con Acciona, pero también con empresas de fuera que iban allí a trabajar. “Al principio todo funcionaba bien, les dabas la factura, los albaranes, te daban un cheque y al día siguiente lo cobrabas”. En cuanto a la forma de funcionar de los marroquíes habla de su diferente mentalidad. “Son tranquilos y les da igual cumplir que no. Entonces si eres una persona que funcionabas normal, y nosotros lo éramos, triunfas seguro”. Añade que las cosas van cambiando y que están aprendiendo muy rápido. También comenta los grandes contrastes que existen dentro del país: “En el sur sigue habiendo mucha pobreza, pueblos sin asfaltar, llenos de barro, no hay alcantarillados, pero si vas a Tánger, Casablanca, Marrakech, Agadir y toda la costa, parece que estás en Nueva York”. Añade que en el norte muchos viven del hachís. “Teóricamente las plantaciones están prohibidas pero hay cierta permisibilidad porque el dinero que circula es brutal y hay mucha corrupción”. Para él de Marrakech para abajo, en el Atlas, está el verdadero Marruecos, “allí la gente es humilde, tranquila, que si tienen un trocito de pan y un trocito de manzana lo comparten contigo”. Considera que el país tiene futuro en obras pero ahora tiene peligro en cobros. “Está pasando lo que pasó que en España en 2012, 2013, 2014. Ahora la economía está empezando a fallar, “se buscan los trucos, no te dan cheques, te dan letras que te las devuelven cuando quieren, te dan cheques sin fechas para que si no pueden pagarla la pongas tú para el mes siguiente”. Ese cambio de la situación hizo que empezara a pensar en volver a España. “El proyecto sigue otros dos años, pero empezó el mal ambiente, las segundas empresas que entraron recortaron precios, se estaba trabajando por la mitad de precio y a nosotros no nos compensaba ya los últimos cinco meses”.

No descarta volver y cuenta que hay un proyecto de desaladora entre Casablanca y Rabat para hacer agua potable, por un importe de 8.000 a 11.000 millones de euros, sale a concurso en enero y Acciona está pujando por él. Si lo gana ,es posible que vayan.

Nos cuenta un proyecto que está empezando a cobrar vida. En este caso se trata de compaginar el trabajo con uno de sus hobbies, el vuelo. “Intentas que tu vida se adapte al trabajo que tienes, yo no puedo hacer cosas que no me gusten porque lo llevo mal”. Lleva dos años, junto a otros tres socios, preparando el proyecto: “Queremos hacer paseos en globo a turistas, en el Sahara, hemos comprado un globo grande de segunda mano en Francia, que va ya camino Marruecos en un remolque”. Quieren arrancar allí pero su punto de mira está puesto en Casablanca, una ciudad de siete millones de habitantes donde hay mucho turismo.

Volvió a España en abril del año pasado, viendo que la situación estaba mejorado. “Tenía dos opciones o seguir en Marruecos dos años más, o volver a Sigüenza y renovar actividades apostando por nuevos proyectos, en las nuevas naves del polígono”. Sin embargo considera que sigue habiendo problemas: “Los precios están ridículos, estamos vendiendo jamón jabugo a precio de mortadela todas las empresas, eso no hay que hacerlo”.

En cuanto a la situación en Sigüenza, Alberto, aunque aprecia las facilidades del Ayuntamiento en cuanto a licencias de obra y a los precios de las parcelas, cree que debería implicarse más en el polígono. Entre sus demandas está la limpieza del polígono y que se instale allí una buena conexión a internet. Cree que no hay que esperar a que vengan grandes empresas. “La empresa pequeña es la que tiene que mantener el país. Ahora mismo o damos calidad o nos morimos. Una desbrozadora como la que tengo ahí la vende Amazon al mismo precio que la compro yo. Sin embargo yo hago un mantenimiento, una reparación, le doy una atención al cliente, ellos no pueden hacer eso, si una máquina no arranca ellos te devuelven el dinero pero está el lío de devoluciones, de papeleo, te quedas 20 días sin máquina. Esa es la baza que tenemos. yo me podría haber ido a Madrid, a Guadalajara o a Soria pero me gusta mi pueblo, me gustan mis amigos y me gusta estar aquí”. En cuanto a su proyecto particular, en las naves del polígono existe la idea de hacer un taller y una exposición de maquinaria. “Ahora se venden máquinas, de buena calidad, pero económicas o de segunda mano y nos tenemos que adaptar a eso”.

Para terminar quisimos saber su opinión sobre la instalación de parques eólicos en la zona. “A mí me gustaría que lo hicieran donde no hiciera daño al pueblo, los molinos que se ponen junto a la catedral son una exageración pero que si están en las pedanías, no pasa nada. Es verdad que luego no dan trabajo, se quedan cuatro de mantenimiento, y para la construcción habría solo trabajo temporal, pero es una energía buena. Una fórmula sería conseguir que, a cambio de la autorización, el 10% de la producción electrica fuera para la zona”.

Viñeta

Archivo de humor gráfico:

• Galia

• JMC

 

 

 

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

¡Nuevo!
Agotado