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La taberna restaurante Gurugú de la Plazuela, 11 años abierta en Sigüenza, se muda ahora a la villa alcarreña de Brihuega. La Plazuela entrevista a sus gerentes, Belén L. Abad y Alberto de Mingo para hablar de su trayectoria y de las circunstancias que les han llevado a cambiar de localidad. En estos años ha recibido diversas distinciones, entre ellas el Premio Excelencia Empresarial 2014 de CEOE CEPYME Guadalajara a la Mejor empresa turística de la provincia y el Premio Nacional de Gastronomía Plato de Oro de Radio Turismo en ese mismo año. El establecimiento cerró sus puertas en Sigüenza el 25 de febrero y se propone empezar su nueva etapa en Brihuega este mes de marzo, antes de la Semana Santa.

Aunque sois sobradamente conocidos en Sigüenza. ¿podéis presentaros a los lectores?

Alberto de Mingo. Yo soy de Sigüenza y estuve aquí hasta los 21 años cuando hice Magisterio. Luego marché a Madrid, estudié Pedagogía y Logoterapia, y estuve en el mundo de la educación hasta que en 1990 creamos una empresa de animación social y cultural, en la que yo era socio.

Belén L. Abad. Yo soy de Madrid. Trabajaba en una empresa multinacional en el Departamento de contabilidad financiera, hasta que en el año 89 con otros socios creé una empresa de representación artística, con estudio de grabación, que organizaba eventos. A veces trabajaba para la empresa de Alberto.

Alberto de Mingo.  Nos casamos en Sigüenza el año 92 y Belén pasó a trabajar directamente en mi empresa. Luego nos absorbió una empresa más grande que se dedicaba al montaje de stand de diseño en Ferias y al final dirigimos la delegación de esta empresa en Alicante. Allí en 2002 decidimos crear nuestra propia empresa. Estuvimos en Alicante 10 años trabajando. En 2005 sufrimos un plagio de un organismo dependiente de la Generalitat Valenciana (Institución Ferial alicantina). Decidimos denunciar públicamente y en los juzgados a dicha Institución y fue el detonante para irnos de esa Comunidad en la que la corrupción estaba muy generalizada y nosotros  no pintábamos nada. Al final el juicio se celebró después de tres o cuatro años y lo ganamos.

¿Cuándo os vinisteis a Sigüenza y cómo optasteis por la hostelería?

Belén L. Abad. En 2006 estábamos un poco cansados del mundo de las ferias. Muchas empresas empezaban a recortar en marketing, publicidad y ferias. Nos empezamos a replantear nuestra vida y un día paseando por las Travesañas vimos que esta taberna se traspasaba y pensamos montar una setería. Abrimos en marzo de 2007, con muchos miedos porque no habíamos trabajado nunca en la hostelería. Empezamos con las setas y luego fuimos ampliando la carta. Yo me encargué de la cocina. En estos 11 años nuestra oferta gastronómica se ha ampliado y aparte de las setas, nuestro referente, hemos creado un montón de platos con espelta, carnes de toro, ciervo, postres caseros. Los pinchos medievales con los que hemos participado estos años, muchos de ellos ganadores de menciones y premios, han sido conservados en nuestra carta y hoy día son un referente más.

Alberto de Mingo. A Belén siempre la había gustado la cocina aunque nunca se había dedicado a ello. La creatividad que teníamos en la organización de eventos la volcamos en la gastronomía pero también queríamos que fuera un sitio cultural, un lugar de encuentro. Y eso es lo que hemos intentado hacer durante estos años. Por aquí han pasado 46 exposiciones de todo tipo: pintura, escultura, fotografía, presentaciones de libros, conciertos de música. Es un sitio pequeño que anima a la tertulia.

Belén L. Abad. Por otra parte, al ser un sitio pequeño no tiene capacidad de expansión, y la única opción que teníamos era la ampliación hacia la terraza. En un principio, al igual que los anteriores gerentes, tuvimos 8 mesas fuera, con 48 plazas. Así estuvimos hasta 2011.

Alberto de Mingo. En el verano de 2012, a instancias del Ayuntamiento, pusimos la terraza, en la Plaza. El problema es que allí hay un gran desnivel, lo cual tuvimos que solucionar colocando unas tarimas. Además de este gran desembolso, allí el Ayuntamiento no te deja ningún punto de luz ni ningún punto de agua. Cualquier cosa hay que moverla 40 metros, bajando unas escaleras irregulares, además es un sitio donde no se ve llegar a los clientes. En 2013 volvimos a negociar con el Ayuntamiento, entendieron el problema y nos redujeron el espacio a 4 mesas junto a la barbacana, y así estuvimos del 2013 al 2015.
El verano del 2016 os denegaron el permiso para poner la terraza

Belén L. Abad. Si, pero lo que ocurrió es que verbalmente nos dijeron que continuáramos con ella hasta noviembre o diciembre, y presentáramos un escrito que estudiarían y luego ya hablaríamos. La quitamos en diciembre, cuando nos lo dijeron, pero en febrero de 2017 nos encontramos con una multa de 1.500 euros

Alberto de Mingo. Volvimos a pedir otra vez la terraza en 2017 y nos la denegaron definitivamente. Antes de Semana Santa, hablamos con el alcalde, explicamos las consecuencias de no tener este espacio, no se nos dio ninguna solución. Trajeron policías de Guadalajara que nos dijeron que este era un sitio peligroso porque bajan y suben coches. Parece que es mejor que circulen los coches en el casco medieval a que se ponga una terraza. Hemos presentado un contencioso ante los juzgados de Guadalajara solicitando daños y perjuicios.

Belén y Alberto con su perro Ciro.

Empezasteis a recoger firmas para peatonalizar el casco medieval...

Belén L. Abad. Sí, pero no ya por nuestra terraza sino porque creemos que es importante para la ciudad porque muchos turistas se han quejado de los coches y de las motos.

Alberto de Mingo. Ya en 2008, como presidente de la Asociación Muralla XIV y Arrabales, escribí un artículo en el periódico local El Afilador pidiendo la peatonalización. En el Ayuntamiento nos dijeron que tenía que concienciarse la gente, pero nunca hubo propuestas concretas de juntar a los vecinos y hacer pedagogía.

Belén L. Abad. La peatonalización está en todos los programas de los partidos políticos desde 1985 pero no se ha hecho nada ni por parte del PSOE ni por parte del PP que han estado gobernando.

Alberto de Mingo. Lo de la terraza por lo tanto no ha sido el motivo de esta campaña de recogida de firmas por la peatonalización, aunque si que fue el detonante. Como sabéis se recogieron 2.440 firmas que se presentaron en noviembre en el Ayuntamiento, Diputación y Junta de Comunidades. Ojala sirvan para iniciar un debate serio.

Entonces, la negativa de la terraza es el motivo por el cual os vais...

Alberto de Mingo. Sí principalmente. Es un sitio en el que no podemos hacer más porque la capacidad es la que es. Hacemos lo que podemos, pero podíamos hacer el doble, teniendo un espacio un poquito más grande.

Decidisteis buscar alternativas fuera de Sigüenza y encontrasteis Brihuega

Belén L. Abad. Ante estos problemas estuvimos buscando por la provincia otros sitios para desarrollar nuestro negocio. Personas de Brihuega nos animaron a irnos allí. Nos han dado muchas facilidades, a nivel de Ayuntamiento y a nivel particular.

Alberto de Mingo. El local al que vamos es un espacio muy atractivo, estamos en la Plaza del Coso, junto al Ayuntamiento, la Oficina de Turismo y las cuevas árabes. Allí se rodó la película de La Tia Tula, en La Antigua Tienda de Abastos. Es el doble de grande del que disponemos aquí. Y fuera tenemos una amplia terraza. Nos seguiremos llamando como hasta ahora, seguirá la misma página web, el mismo teléfono, la misma filosofía. Queremos que Gurugú de la Plazuela en Brihuega sea un referente gastronómico y cultural de toda la provincia. Brihuega está muy bien situada, a 28 kilómetros de Guadalajara y a 80 de Madrid, es una zona de la Alcarria que se está potenciando con el tema de los campos de lavanda. Tiene un montón de cosas que desconocíamos, las murallas, el castillo, sus iglesias, las cuevas árabes, un museo de miniaturas. Brihuega tiene una cosa curiosa, la manera en que se pobló. Se conquistó antes que Sigüenza, al tiempo de conquistarse Toledo. Alfonso VI echa de allí a sus antiguos habitantes árabes y quiere repoblar la ciudad con castellanos de Salamanca y Zamora. Pero estos deciden no ir y el rey decide que vuelvan otra vez los que estaban, eso sí, convertidos al cristianismo pero con sus tradiciones. Otra cosa curiosa es que en la Guerra Civil, Brihuega estaba en la zona republicana y allí estuvieron los anarquistas. Según cuentan ciertos historiadores, en Brihuega no se pasó hambre porque se formo una comunidad que practicaba el trueque, no funcionaba el dinero. Esa colaboración de la gente nosotros lo hemos sentido, cualquier cosa que necesitamos nos la están proporcionando.

¿No os da pena dejar la Plazuela de la Cárcel de Sigüenza después de tantos años?

Belén L. Abad. Claro que nos da pena dejar este sitio. Pero hemos pasado del cabreo y de las dificultades a la ilusión de empezar en otro lugar. Son nuevas personas, nuevo espacio, nuevas expectativas para poder desarrollar lo que aquí no hemos podido. Por último queremos dar las gracias a los que han estado aquí junto a nosotros, aunque no se les viera; trabajadores, proveedores, colaboradores, porque ellos han contribuido al buen funcionamiento de Gurugú de la Plazuela.

Viñeta

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